El estudio de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición concluye que la prevalencia de obesidad en escolares de 6-9 años es elevada. Este exceso de peso en la infancia conlleva numerosas complicaciones de salud en la edad adulta como diabetes, artrosis, enfermedades cardiovasculares, y algunos tipos de cáncer.

Entre los causantes de la obesidad infantil destacan los malos hábitos de alimentación con un bajo consumo de frutas y hortalizas y una alta penetración de ‘comida rápida’ o procesada, y la falta de actividad física con un uso excesivo de pantallas. En la situación de pandemia, un 90% del tiempo lo pasan en casa.

Además existe una brecha social importante. La obesidad infantil afecta especialmente a familias con menor poder adquisitivo (el 54%) que no tienen acceso a una alimentación saludable ni las herramientas necesarias o el conocimiento para promover salud a sus hijos e hijas a través de la alimentación.

El aprendizaje de los hábitos de vida saludables se inicia desde el nacimiento y en la edad escolar, y será fundamental en las siguientes etapas a lo largo de la vida.

Es urgente tomar medidas, compartir conocimiento y herramientas con colegios, familias y sociedad para promover entre todos una mayor concienciación y educación sobre buena alimentación y estilo de vida.