Educación

Cómo distinguir contenido de calidad en internet

Stefy Fernandez

Dietista nutricionista

@stefyactiva

“Soy Carla, soy licenciada en Administración, sin embargo, siempre me ha llamado la atención el fitness y comer saludable, porque desde pequeña he luchado por ser y verme delgada. Hace 1 año bajé mucho de peso, y tengo el cuerpo que siempre había deseado. Lo logré en tan solo 6 meses, y, por ende, creo que puedo enseñar a las personas cómo comer, sobre todo si siguen las mismas pautas que yo seguí. Por eso, abrí un blog y una cuenta en redes sociales, para ir mostrando lo que hacía e informando a la gente de los alimentos que no pueden consumir si quieren llegar a tener un cuerpo como el mío. Sé que no estudié nutrición, pero soy una prueba en carne y hueso de que, si comes de cierta manera, puedes bajar de peso en pocos meses.”

Y como este ejemplo, hay muchísimos más. Lamentándolo mucho, se le ha perdido la seriedad al mundo de la nutrición. Y entiendo que la visión común de la ciencia puede ser un poco aburrida, la verdad incómoda es que la ciencia, es decir, la nutrición en sí misma no se trata de una verdad absoluta o proporcionar respuestas en blanco y negro, se trata de una maravillosa escala de grises.

Día a día estamos expuestos a una cantidad de información excesiva

Día a día estamos expuestos a una cantidad de información excesiva. De hecho, podemos encontrar casi cualquier cosa que queramos saber con sólo un click. Esto quiere que absolutamente cualquier persona, como Carla, puede difundir su mensaje a través de sus propios canales de YouTube, blogs y otras cuentas de redes sociales, sin tener ningún tipo de conocimiento sobre el área, o estar realmente capacitado para dar recomendaciones nutricionales. Al final, esta facilidad termina siendo un arma de doble filo ya que este acceso ilimitado a contenido sin filtrar puede ser perjudicial para tu salud tanto mental como física. Se necesitan profesionales en cada área para arreglar un portátil, para que me extraigan una muela, para que me diseñen un logo, para que curen ciertas enfermedades, para que puedan entrenar a alguien para una maratón. Pero ¿por qué en algunas áreas sí se busca a los profesionales que han estudiado y en otras no?, ¿sólo porque en algunas de ellas se cree que con instinto y sentido común ya se sabe todo?

Por lo tanto, en este artículo quiero empoderarte con herramientas para que puedas separar la ciencia de la ficción cuando estás leyendo información nutricional en el mundo real, y convertirte en un detector de mentiras en cuentas de redes sociales o internet:

  1. Tiene un enfoque único para todos, es decir, todos debemos comer igual, sin importar la individualización. Por ejemplo: Dieta cetogénica para todo el mundo.
  2. Ofrece o recomienda ciertos alimentos como “milagro” o les adjudica muchos beneficios a un ingrediente o alimento aislado. Por ejemplo: el agua con limón como desintoxicante, derrite grasa, baja insulina en sangre, etc.
  3. Rechazo completo a cualquier evidencia que no apoye su enfoque único. Debido a que se enfoca en proponer una sola estrategia de alimentación, cualquier estudio que demuestre lo contrario no es tomado en cuenta.
  4. Vende resultados rápidos o muy buenos para ser verdad. Te vende resultados de pérdida de grasa corporal en un determinado tiempo, y suele mostrar los cambios de clientes como un “antes y después” en tan solo tres o “X” meses.
  5. Restricción de alimentos o fomento del miedo hacia ciertos alimentos que realmente son densos en nutrientes. Por ejemplo, frutos secos o avena.
  6. Se concentra únicamente en la apariencia, sin importar otras sensaciones o síntomas como ansiedad, baja energía, hambre, cansancio, estrés, salud mental.
  7. Utiliza palabras alarmistas que promueven miedo, como “tóxico”, “veneno” hacia ciertos alimentos. Es decir, utiliza un lenguaje radical con los alimentos por aislado. Al final un alimento aislado no va a convertirte en más saludable ni menos saludable, lo importante es el conjunto de hábitos que se están realizando.
  8. Vende muchos suplementos para perder grasa corporal, o como alternativa para ser más saludable.
  9. Artículos de prensa con títulos alarmistas y sensacionalistas como “Comer chocolate te hará perder peso”. Este tipo de afirmaciones son únicamente para llamar la atención, pero probablemente se trate de un estudio científico que se publicó y no sea de calidad

Y recuerda ver siempre que la fuente donde estás leyendo la información proviene de alguien fiable. Es decir, una persona cualificada para dar ese tipo de información como Nutricionista y Dietista, o profesional de la salud. Y no sólo sea un artículo de prensa o una chica o chico que sólo muestra fotos de su cuerpo.

Si ves alguno de estos puntos, se escéptico con la información que leas. Especialmente si te obliga a desafiar tus ideas, o alimentos que te están aportando salud o tú te sientes bien con ellos. No es que ahora no creas ninguna información, pero sí que seas crítico con lo que lees, para que así no te siga generando estrés y sobre todo miedo hacia la nutrición.