L. casei: un aliado en todas las edades

En los últimos años, los alimentos fermentados con probióticos han cobrado una mayor relevancia en el ámbito de la salud debido a sus comprobados efectos positivos. Según los define la Organización Mundial de la Salud, los probióticos son «microorganismos vivos que confieren efecto beneficioso para la salud del hospedador, cuando se administran en cantidad adecuada». Estos microorganismos vivos, que promueven el equilibrio de la microbiota intestinal, han demostrado ser efectivos para mejorar la salud de la persona que lo consume. Además, el consumo regular de probióticos se asocia con una menor probabilidad de desarrollar diversas enfermedades y de contraer infecciones, lo que los convierte en un componente clave en la prevención y el mantenimiento de la salud a largo plazo. 1–3

De acuerdo con un informe conjunto realizado en 2001 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), existe evidencia científica suficiente para afirmar que el consumo de alimentos fermentados con probióticos ofrece claros beneficios para la salud humana. El informe indica que varias cepas bacterianas, como L. casei, han sido consideradas seguras para el consumo, y su ingesta en personas sanas es recomendada para prevenir enfermedades y mejorar la función del sistema inmunitario. 4  

Los probióticos, especialmente las bacterias del género Lactobacillus, se han investigado ampliamente, corroborándose de forma consistente que son seguros para el consumo humano. Estas bacterias tienen un impacto directo en la producción de alimentos, mejorando su calidad y vida útil. En la industria alimentaria, su uso es clave para procesos como la fermentación, para dar una textura determinada a ciertos alimentos y para garantizar la preservación de los alimentos de manera natural. Su doble función, como promotores de la salud y aliados en la producción alimentaria, los convierte en un componente valioso en nuestra dieta diaria. 5

En este sentido, destaca un producto como Actimel, una leche fermentada que contiene los fermentos naturales propios del yogur (Lactobacillus Bulgaricus y Streptococcus Thermophilos) y más de 20.000 millones de fermentos naturales L. casei Actimel de Danone, así como vitaminas D, B9, hierro y zinc para ayudar al sistema inmunitario.

L.casei: mecanismo de acción

Lactobacillus, específicamente la especie Lactobacillus casei, puede ofrecer beneficios a quienes la consumen habitualmente, debido a su capacidad para sobrevivir al ambiente ácido del sistema digestivo. 6,7

A diferencia de muchos otros microorganismos que son destruidos en estas condiciones, L. casei no solo logra atravesar el sistema digestivo, sino que permanece metabólicamente activo durante todo el proceso; es decir, continúa realizando sus funciones vitales, lo que incluye la síntesis de proteínas beneficiosas para el organismo del consumidor. 6 Esto permite que la bacteria conviva temporalmente en el sistema digestivo y ejerza sus efectos positivos sin ser eliminada por el sistema inmunitario.

Sin embargo, a pesar de su capacidad para sobrevivir y beneficiar al cuerpo humano, L. casei no consigue colonizar de forma permanente el intestino. Esto se debe a su baja tasa de replicación, lo que impide que pueda establecerse de manera duradera en nuestro cuerpo: no tiene la capacidad de residir a largo plazo en el sistema digestivo humano. 8 Es por eso que se recomienda un consumo habitual de leches fermentadas con L. casei.

Un aliado para la salud de los niños

En el caso de los más pequeños, el consumo de leche fermentada enriquecida con L. casei también ha demostrado tener efectos positivos sobre su sistema inmunitario. Se ha observado que la ingesta de este probiótico puede aumentar notablemente los niveles de inmunoglobulinas IgA secretadas en los niños. 9

Consumir productos lácteos fermentados causa también un incremento en la cantidad total de linfocitos en aquellos individuos sometidos a situaciones de estrés. 10 Este último aspecto es especialmente relevante para los jóvenes que, tras la tranquilidad del verano, vuelven ahora a las clases y deben enfrentar un nuevo año escolar lleno de desafíos. El consumo de probióticos como L. casei puede ser de ayuda para que su sistema inmunitario se mantenga en forma.

Adicionalmente, se ha evidenciado que el consumo de yogur o leche fermentada con L. casei ofrece beneficios en el tratamiento de afecciones intestinales en población pediátrica. 11,12 En comparación con los niños que consumen leche fermentada sin enriquecimiento probiótico, aquellos que ingieren Actimel experimentan una reducción del 6,1% en la frecuencia y gravedad de afecciones intestinales. 11 Estos beneficios subrayan la importancia de incluir este tipo de producto en la dieta de los niños para promover su salud digestiva e inmunitaria.

Cuidando de los mayores

Con el paso de los años y el avance de la edad, el sistema inmunitario tiende a debilitarse, mediante un proceso natural llamado inmunosenescencia. Esto supone, entre otras consecuencias, que en las personas mayores suele ser más habitual la aparición de infecciones respiratorias y gastrointestinales. 13

De ahí la importancia de instaurar medidas encaminadas a reducir el riesgo de aparición de estas infecciones en las personas mayores. Una de las estrategias más efectivas es adoptar una dieta variada y equilibrada que debe incluir alimentos variados y saludables, bajos en colesterol y grasas. No deben faltar las frutas y verduras. Además, incorporar productos lácteos fermentados con L. casei en la alimentación de los ancianos puede ser una medida sencilla pero beneficiosa. Estos productos han demostrado que pueden ayudar a mejorar el estado general de salud y bienestar de las personas mayores. 2 

Este enfoque alimentario no solo puede ayudar a reducir la incidencia de enfermedades, sino que también puede ser una herramienta para mejorar la calidad de vida de nuestros mayores.

Un cambio, múltiples beneficios

El consumo de probióticos como L. casei ejerce un efecto positivo en aquellas poblaciones más vulnerables, como los niños o las personas mayores, pero sus beneficios no se limitan a estos grupos. Cualquier persona puede experimentar mejoras en su salud mediante la incorporación de lácteos fermentados enriquecidos con este probiótico en su dieta.

La ingesta de Lactobacillus contribuye a la modulación del microbioma y del sistema inmunitario, a la protección contra bacterias patogénicas y las infecciones que estas causan, al control del metabolismo del colesterol y tiene un efecto antialérgico, antidiabético, antiinflamatorio, antitumoral y antioxidante, entre otros. 14

Dado el amplio espectro de beneficios que ofrece este sencillo ajuste en la dieta, hay un creciente interés global en investigar más a fondo sus características y aportaciones a la salud humana. Actualmente, Estados Unidos y Noruega están a la vanguardia de esta investigación, aunque estudios relevantes se realizan en todos los continentes, reflejando la importancia y el potencial de los probióticos en la mejora de la salud humana. 14


Referencias bibliográficas

(1) Kechagia, M. et al. Health Benefits of Probiotics: A Review. ISRN Nutr 2013, 481651 (2013).

(2) Guillemard, E., Tondu, F., Lacoin, F. & Schrezenmeir, J. Consumption of a fermented dairy product containing the probiotic Lactobacillus casei DN-114 001 reduces the duration of respiratory infections in the elderly in a randomised controlled trial. British Journal of Nutrition 103, 58–68 (2010).

(3) Poon, T. et al. Effects of a Fermented Dairy Drink Containing Lacticaseibacillus paracasei subsp. paracasei CNCM I-1518 (Lactobacillus casei CNCM I-1518) and the Standard Yogurt Cultures on the Incidence, Duration, and Severity of Common Infectious Diseases: A Systematic Review and Meta-Analysis of Randomized Controlled Trials. Nutrients 12, 3443 (2020).

(4) FAO/WHO. Health and Nutritional Properties of Probiotics in Food including Powder Milk with Live Lactic Acid Bacteria. (2001).

(5) Pimentel, T. C., Brandão, L. R., de Oliveira, M. P., da Costa, W. K. A. & Magnani, M. Health benefits and technological effects of Lacticaseibacillus casei-01: An overview of the scientific literature. Trends in Food Science & Technology 114, 722–737 (2021).

(6) Oozeer, R. et al. Lactobacillus casei is able to survive and initiate protein synthesis during its transit in the digestive tract of human flora-associated mice. Appl Environ Microbiol 68, 3570–3574 (2002).

(7) Oozeer, R. et al. Survival of Lactobacillus casei in the Human Digestive Tract after Consumption of Fermented Milk. Applied and Environmental Microbiology (2006) doi:10.1128/AEM.00722-06.

(8) Lee, Y. K., Ho, P. S., Low, C. S., Arvilommi, H. & Salminen, S. Permanent Colonization by Lactobacillus casei Is Hindered by the Low Rate of Cell Division in Mouse Gut. Appl Environ Microbiol 70, 670–674 (2004).

(9) Tormo Carnicer, R., Infante Piña, D., Roselló Mayans, E. & Bartolomé Comas, R. Efecto de la ingesta de leche fermentada con Lactobacillus casei DN-114 001 sobre la flora intestinal. Anales de Pediatría 65, 448–453 (2006).

(10) A, M. et al. The effect of milk fermented by yogurt cultures plus Lactobacillus casei DN-114001 on the immune response of subjects under academic examination stress. European journal of nutrition 43, (2004).

(11) Pedone, C. A., Arnaud, C. C., Postaire, E. R., Bouley, C. F. & Reinert, P. Multicentric study of the effect of milk fermented by Lactobacillus casei on the incidence of diarrhoea. Int J Clin Pract 54, 568–571 (2000).

(12) Pedone, C. A., Bernabeu, A. O., Postaire, E. R., Bouley, C. F. & Reinert, P. The effect of supplementation with milk fermented by Lactobacillus casei (strain DN-114 001) on acute diarrhoea in children attending day care centres. Int J Clin Pract 53, 179–184 (1999).

(13) Gavazzi, G. & Krause, K. Ageing and infection. The Lancet. Infectious diseases 2, (2002).

(14) Mapping the worldwide knowledge of antimicrobial substances produced by Lactobacillus spp.: A bibliometric analysis. Biochemical Engineering Journal 180, 108343 (2022).

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